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La boda de Meghan Markle, al estilo de la más pura realeza británica sorprende por un detalle en el vestido de novia; se trata de un vestido de novia de diseño, elegante, sencillo y sin profusión de una gran cola o elementos de adorno o apliques que lo hagan cargado.

Sencillo, de estilo, de diseño, a medida, lo que defendemos en Marián Novias, lógicamente muy apartadas del precio que Meghan o la realeza británica van a pagar por él.

Y es que una boda real de estilo también es cuestión de sencillez y gusto, aunque el gasto vaya por otro lado, que, en este caso, en el vestido, salvo por la firma y exclusividad, parece no lo fue tanto.

Vestido de novia blanco.

Un vestido de novia blanco, al más puro estilo, con escote de barco, cola sencilla, no muy larga, sin adornos ni elementos que lo recarguen, estilo elegante, minimalista y exclusivo.

Hay que partir de la base de que un vestido de novia de una princesa o de una reina siempre va ser discutido, bien por ser muy sencillo o minimalista, bien por la falta de apliques o bien porque no son los adecuados.

Manga tres cuartos, elegantísima a mi modo de ver, la usamos mucho en Marián Novias, escote de barco, un clásico en el estilo de vestidos de novia.

El velo con un delicado encaje bordado a gusto o estilo de la novia o realeza y una tiara muy cuidada y reservada para la ocasión.

Carroza de estilo, de cuento, se diría, ceremonia muy cuidada, elegancia y estilo en todas las invitadas e invitados también, por supuesto y una puesta en escena muy real y para la realeza, distinguida, no todos los días se casa una princesa.

Delicado color en el conjunto portado por la reina y si alguna crítica merece la ceremonia es que para una ceremonia de ese estilo no hace falta tanto dispendio económico. Con un poco más de gusto, se hubieran ahorrado mucho gasto. Resaltar el uso del blanco en el vestido de novia un tanto denostado de un tiempo aquí para los vestidos de novia.

Por el resto, todo ayudó, hasta la climatología y la puesta en escena y vestimenta muy cuidada con el uso de flores, bordados, pamelas y tocados en todos los invitados.

Si algo negativo hay que destacar, la vestimenta de algunas invitadas asistentes que no estuvieron muy lucidas en cuanto a la elección de la misma y el porte y estilo con el cual las lucieron.

El estar a la altura de las circunstancias es cuestión de clase y también de estilo y en esto, en el estilo, una simple modista de novias y la confección a medida tendrían mucho que aportar, como decimos, solo en algunas invitadas.

 

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