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Marian Novias

vestido de novia inolvidable

Aquel vestido de novia inolvidable.

Era cuestión de familia, de recuerdo. Me iba casar, ya lo estoy y mi madre, enferma, me pidió por favor que llevara el vestido de novia inolvidable que ella llevó a su boda y que su madre, modista de novias entonces le había hecho.

Mi ilusión, era un vestido de novia inolvidable de primeras firmas, era un día, pensaba y estaba dispuesta a gastar lo que me costaba mucho pero estaba dispuesta.

Pero las palabras de mi madre las comenté con mi novio y él me pidió que accediera, que era una carga emocional y aquel vestido de novia inolvidable, para ella tenía muchos recuerdos. Me animó a ello.

Aquella noche, la noche siguiente, fue una noche que pensé, que medité y me emocioné en cama y llorando recordé a mi abuela, había sido alguien inolvidable para mi.

La decisión estaba tomada: llevaré el vestido de novia que llevó mi madre a su boda y que mi abuela, modista de novias, le había hecho.

Al despertar, por la mañana, esperé que mi madre, a la que había que ayudar en las labores más básicas, estuviera aseada, vestida y sentada frente a su mesa camilla.

Mamá, le dije, quiero llevar tu vestido de novia a mi boda, aquel vestido de novia elegante que tanto supuso y supone para ti. Entendí tu petición, mamá.

Mi madre se emocionó, me pidió le diera un abrazo y lloramos juntas.

Taller de costura de vestidos de novia.

Yo vivo en A Coruña y pensé que un taller de costura a medida que adaptara el vestido de novia de mi madre era la solución.

Recorrí La Coruña, Carballo, Arteixo, Sada, Oleiros….todas las localidades próximas y no encontré ningún taller de costura en vestidos de novia.

Una amiga me habló de uno en Narón, cerca de Ferrol. Busqué en internet y di con una tienda de novias que, además, tenía y tiene, sigo siendo clienta de ese taller, taller de costura, confección a medida.

Un taller reconocido por su profesionalidad por Artesanía de la Xunta de Galicia, como taller de costura y de tocados, pamelas y sombreros, así dice el reconocimiento de la Xunta.

Hice un hueco, están como a media hora en Narón, casualmente al lado de Alcampo Ferrol y el centro comercial Odeón, los cuales ya conocía, y con cita previa, me atendieron amablemente.

Me probaron el vestido, lo examinaron, revisaron, me tomaron medidas y me dieron un presupuesto, posterior a un rediseño que me facilitaron y explicaron y adaptación del vestido.

Me emocioné nuevamente, conectaron con mi idea y el rediseño que me hicieron se adaptaba perfectamente a mi estilo. Además, en el diseño, se incluía la elaboración de un cinturón de pedrería para resaltar y dar vida al vestido.

Les di un si inmediato y les pedí que se pusieran ya con el diseño, mejor rediseño y elaboración del vestido, faltaban tres meses para la boda pero ya me explicaron que, una semana antes, de necesitarlo, me lo adaptaban.

Vestidos de novia con alma.

Me quedó grabada esa frase que me dijeron, vestido de novia con alma, nunca mejor expresado, era la continuidad de un vestido en el que mi abuela, como modista y mi madre, como novia en su día, pusieron mucha ilusión y, mi madre, mi abuela ya iba mayor, pero se le ponían los ojos de lágrimas al explicarle.

vestido de novia inolvidable

Y efectivamente, el resultado, al mes, era un vestido de novia como el diseño que me habían hecho, a mi gusto, a mi medida y a mi estilo, además, un vestido único cuya base fue aquel vestido de novia inolvidable para mi madre.

Quiero resaltar que recibí atención, profesionalidad y soluciones pues, además del cinturón, diseñaron un tocado para madrina, para la madre de mi novio que yo le regalé y entonó perfectamente pues les llevé unas pequeñas muestras del tejido.

Se emocionó la madre de mi novio y la celebración de la boda, clásica, con canto y música en vivo en la iglesia y con un banquete y una fiesta posterior al mismo que disfruté cómoda y con el vestido que mi abuela, hacía años, había hecho con ilusión para su hija, mi madre.

Desde entonces, me desplazo a Narón cuando tengo un evento o celebración, lo hice recientemente para el cuarto aniversario de boda y, la verdad me tienta conservar el vestido de novia para darle continuidad cuando se case mi hija, para lo cual todavía falta pues tiene tres años, pero, muchas veces me pide que le enseñe el vestido, el vestido de novia de su abuela y que con tanto cariño y mimo hizo su bisabuela.

Decir que mi madre mejoró mucho y acudió a la boda y no se si la mejoría fue porque tenía que venir, por el tratamiento que recibe o influyó la ilusión y las ganas de vivir que recuperó al cumplir su deseo: que yo, su hija, llevara aquel vestido de novia para ella inolvidable.

Como ahora trabajo de representante de una firma de cosméticos, cuando tengo una representación o un acto de la firma, acudo para que me diseñen y confeccionen un vestido y, la verdad, es que me cautivan los vestidos con alma de Marián Novias, permitirme decir su nombre, algo que hasta ahora no hice.

Y no solo me cautivan a mi, sino que también Viky, una amiga que canta en una orquesta atracción se quedó cautivada y cada pocos meses renueva su vestuario con Marián Novias, pues, además de vestidos para boda, diseñan y confeccionan vestidos para eventos, trajes de noche, vestidos de diseño; son un taller de costura profesional donde los haya.

Siento alivio, emoción, contando esta historia, muy elemental pero que me dio a entender que detrás de cada traje de novia, de cada vestido de madrina o vestido de novia tiene que haber una filosofía y, en mi caso, hubo mucho más, hubo la emoción de una madre que, además de ver cumplido el deseo de la boda de su hija, lo hizo con su inolvidable vestido de novia rediseñado.

Por cierto, mi madre, ilusionada, acudió a la boda, cómoda, alegre, feliz y por muchos momentos emocionada y lo hizo con un vestido de madre de novia, como invitada especial, diseñado y confeccionado en el taller de costura de Marián Novias.

Su ilusión, su deseo y su anhelo de ver cumplido su sueño, le devolvieron las ganas de vivir, de ser feliz, y, desde entonces, acude a las bodas familiares y se hace su vestido de boda especial, algo que hasta que cumplí su deseo había dejado de hacer, como si sus ilusiones e hubieran marchitado.

Gracias, Marián, gracias mamá y un beso con todo el cariño a mi abuela, fallecida hace apenas un año.

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