No, no penseis mal, no me refiero a dos personas, me refiero a la misma persona, yo misma, que me pidieron ir de madrina de boda y me hice novia.
Sí, la boda de un sobrino, me pidió que fuera de madrina de boda y salí de madrina de boda y novia.
Fue el encuentro con una vieja amistad de familia, el paso del tiempo le hizo viudo después de casarse joven y viudo a los 45 años, y yo soltera con casi 40 años.
Se lo dije: ¿qué te hace fijarte en mi, ahora? me fue sincero y recojo palabras suyas: tu porte, tu elegancia, tu estilo y tu exquisita educación y formas de siempre, me dijo.
Ya no tengo edad para ello y me ruboricé, paseando frente al mar, ya finalizada la fiesta posterior al banquete de la boda de mi sobrino.
He de decir que yo no esperaba, ni mucho menos hacerme novia de nadie, pero su exquisita corrección, su amabilidad y sus formas, ya sabía de ellas, junto con sus halagos, me cautivaron.
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He de ser sincera: recuperé la ilusión por vivir y enamorarme; empezamos a salir y cuidé mi vestir más de lo que lo venía haciendo.
Soy clásica, he de reconocerlo, me gustan las prendas de diseño, a mi estilo y exclusivas. Aunque no lo necesito, de momento, me gusta la confección a medida.
El encanto de la costura a medida.
Descubrí el encanto de la costura a medida con una modista, en A Coruña, por cierto, la boda fue muy cerca, en Betanzos y nunca olvidaré el lugar donde saltó la chispa, Sada, el Paseo Marítimo de Sada.
Quién me lo iba a decir, Sada, lugar de diversión de muchos fines de semana, junto con Oleiros, donde solía veranear en un camping que creo le llamaban Los Manzanos.
Sada, no podía faltar a sus fiestas, ni a sus carnavales. Sada era bullicio, tenía vida, y aún la sigue teniendo, por eso me incliné, cuando me invitó a pasear a Miño, en el paseo de la Playa Grande de Miño, a preguntarle, ¿no te da igual Sada?
Y bueno, volviendo al tema de la boda, yo, como madrina de boda, he de reconocerlo, iba elegante y exclusiva, pero para nada pensaba en que ese día comenzaría un noviazgo del que van ya seis meses, somos cautos y queremos tomarnos tiempo, encuentros de fin de semana con alguna escapada a puntos de Galicia, como Santiago, Ribeira, Ferrol, donde él fue militar y me hizo de guía para mostrarme Mugardos, Pontedeume, Miño, Narón, y, cómo no, la ermita de Chamorro, el Arsenal Militar de Ferrol, el Castillo de la Palma y el Castillo de San Felipe entre otras joyas.
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Tendría gracia que pase el tiempo y le pida a mi sobrino si me viene de padrino de boda, porque mi padre ya no vive.
Sería una situación curiosa, con muchos invitados que repetirían ceremonia.
Pero hay que dar tiempo al tiempo. Soy clásica también en eso, y las cosas con tiempo, con buenas formas, respeto y elegancia, suelen salir bien.