Una boda de invierno en la nieve, cual relato quitado de un cuento de ensueño que toda novia romántica puede hacer realidad. Y es que el invierno también es época de bodas.

Un pueblo pequeño perdido en las alturas de Galicia, Asturias, León, pleno invierno, la nieve cae suave en copos que acarician el paisaje, O Cebreiro, Manzaneda, Os Ancares, O Caurel….

Empieza a caer la noche y una sala de ceremonias improvisada en un salón del hotel se dispone a acoger los invitados que acompañarán a los novios en una cálida sala de luz tenue mágicamente decorada y que a través de sus ventanas decoradas con delicadas cortinas se entrevé la nevada y los copos de nieve que caen suavemente.

La novia, así lo ha querido, un vestido estilo vintage, novia clásica, elegante, tejidos delicados, encajes, mangas cortas, delicadas que, salpicadas de pedrerías que brillan a la luz de la lumbre y sus ojos preciosos, grandes, brillantes, irradian felicidad.

Un maquillaje suave, delicado y un recogido cuidado rematado con un velo largo, bordado delicadamente, suave que da carácter a la novia.

El novio, elegante, estilo impecable, pajarita, barba cuidada, alto, esbelto, cautivado por el ambiente.

La madrina, guapísima con un vestido de madrina en azul pastel, muy delicado, suave, con incrustaciones de pedrería, radiante, se le iluminan los ojos mirando al novio, casi se emociona y mira a la novia, felices ambas en una ceremonia, boda civil, así lo han querido, que parece una estampa de un cuento romántico, una boda plena de felicidad.

Elegancia, exclusividad, distinción.

Los novios han querido elegancia y exclusividad para la ceremonia, en el vestido de novia, un vestido de diseño, vestido de novia a medida, al gusto y estilo de la novia, diseñado para la ocasión; también exclusividad en la madrina con un elegante vestido de madrina a medida, con un ligero escote que cubre con una estola de suave color azul.

La novia, luce una chaquetilla, bolero de suave encaje y ha reservado también una delicada estola de novia para las horas posteriores a la ceremonia.

Hermana de novia, hermana de novio e invitados vestidos para la ocasión en una ceremonia familiar, acogedora, íntima ambientada en el salón con una chimenea de lumbre suave, un organista y violinista que con suave música ambientan el salón.

Y fuera, nieva, despacio, suave, con ternura, acariciando el paisaje, como temiendo dañarlo…..Es el encanto de una boda de invierno cercana a la Navidad.

Disfrutarán todos juntos de ella y los novios se perderán por unos días en una escapada de viaje de novios a disfrutar de una semana lejos, en la playa, para volver a celebrar las fiestas navideñas con la familia, contarles sus vivencias en el viaje, agasajarles con detalles que para ellos han traido…..disfrutar del invierno, de la familia…

Es el encanto de una boda de invierno: relax, encanto, ensueño y disfrute. Porque una boda en invierno, ambientada en la nieve es una boda inolvidable. Y es que las bodas también son para el invierno: boda, Navidad, fiestas y, en verano, vacaciones ya como pareja casada.