Sencillez y elegancia en novia y madrina. Vestidos sencillos
Cuando aún resuenan los ecos de la boda de Harry y Meghan, o, si se permite, de Enrique y Megan, una lectura clara de la ceremonia: sencillez y elegancia, tanto en el vestido de novia como en la vestimenta de la reina madre, la reina Isabel II y en Camilla, la esposa del príncipe Carlos. Elegancia y sencillez y, por supuesto, exclusividad de la mano de grandes diseñadores.
Es como si un aire de viento fresco entrara en palacio y es que la sencillez y elegancia en la novia, la madrina y la mayoría de las asistentas. Diseño cuidado, líneas sencillas, sencillo escote, manga perfecta, lisa, elegante, un poco más de tres cuartos y una excelente ceremonia en la que pajes y damas de honor dieron la chispa de frescura.
Elegancia y exclusividad.
Elegancia y exclusividad se daban por hechas, un modelo cargado no tiene por qué dejar de ser elegante, depende del estilo de la ceremonia y del conjunto del vestido o traje que se lleva.
La sorpresa fue la sencillez y el minimalismo, algo que, junto con la sonrisa y sencillez de Meghan, daba proximidad, a pesar del ambiente de ceremonia regia.
El público, de diez, aclamando con su presencia a los novios y a la realeza británica. El ambiente espectacular, ayudado por la climatología y la valentía de la novia, destacable, sola, ascendiendo la escalinata, como símbolo de independencia y solo arropada por pajes y damas de honor. Un canto a la presencia de pajes y damas de honor que en toda ceremonia que se precie no deben de faltar.
Como en toda ceremonia británica, más presencia de pamelas y sombreros que de tocados, pamelas incluso en destacadas feministas vinculadas a la familia real y es que lo cortés no quita lo valiente y el uso de tocados, pamelas y demás vestimentas no tiene por qué restar feminismo a quien lo porta.
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Y como resumen, la sencillez de la mano de la elegancia y la exclusividad es cuestión de gusto, y no de gasto, de estilo, de diseño y de porte y en porte y saber estar Meghan estuvo de diez. El tiempo dará o quitará razones a quien decía que Meghan, como buena actriz estaba desarrollando el papel de su vida.
Me invitaron y soy receptiva a novedades. Asistir a una boda por el ritual celta en Cedeira, al lado de Ferrol, A Coruña. Pleno agosto. Un pueblo encantador, al lado de San Andrés de Teixido, tradición pura y también al lado de Ortigueira, donde se celebra un afamado festival del Mundo Celta, sin despreciar a Ferrol, sus playas, Valdoviño, además de conocido por su playa también por un campeonato internacional de surf en Pantín.
Es importante el que la novia tenga una previsión en el vestido y complementos por si ese día la climatología no ayudara y tuviera que llevar algún complemento, zapatos o alpargatas en lugar de sandalias, por ejemplo o una torera de piel sobrepuesta porque surgió un día lluvioso y fresco.
