Ceremonia de Boda Original y Económica. Tienda de Novias
Queríamos una boda distinta, una ceremonia de boda original y económica, con contenido pues mi novio y yo somos católicos aunque no muy practicantes, la verdad y es que no entiendo el fervor de la Semana Santa, las procesiones y la desidia o incluso desprecio a la religión, con todos los respetos a que cada uno se manifiesta como entienda.
La celebración religiosa fue en Pastoriza, un santuario próximo a Coruña con la iglesia decorada para la ocasión, discretamente con camelias de colores, muy económicas y bonitas, combinando color blanco, rojo y rosa.
Habíamos hablado con el sacerdote para representar el ritual de la arena que reafirmara nuestra boda.
Ceremonia de la arena.
Después de una ceremonia muy emotiva, cara a los invitados, padres y amigos, la ceremonia de la arena. En un vaso alto de cristal, transparente, de boca generosa, los dos, novia y novio a la vez fuimos vertiendo el contenido de un vaso de cristal con arena de colores que ambos teníamos; yo arena rosa, él arena blanca. Los dos, a la vez y la arena se entremezclaba en el vaso, vasija alta de cristal, formando colorido combinado. Un bonito símbolo, la ceremonia de la arena, de unión y fusión.
Vestido de novia clásico. Tienda de Novias
Esta ceremonia que el sacerdote nos permitió, yo con vestido de novia clásico, feliz y, al terminar la ceremonia de la arena emocionada por el aplauso de todos los asistentes, me fundí en un abrazo con mi madre y la madrina de boda, la madre de mi novio. Emocionados todos, salimos y la lluvia de pétalos de flores de camelia fue inolvidable.
Tomamos un aperitivo, y partimos a hacer las fotografías; un bonito entorno en la zona del Refugio de Verdes, en Coristanco, cerca de Carballo, para luego, en un reservado, cambiarme por un vestido de novia también pero más cómodo, discretamente por abajo de la pierna y partimos para Vimianzo, célebre por o Castelo de Vimianzo donde un restaurante coqueto y acogedor nos tenía preparado un suculento banquete con viandas de la tierra en las que no faltó el porco celta y el cabrito gallego.
Un día inolvidable, con un menú que no superó los 50 euros por cabeza y que nos ayudó a economizar nuestra boda.
