Los vestidos de novia para otoño e invierno, ahora que muchas bodas se están fijando para esas fechas, deben de ser unos vestidos de manga larga, como primera opción y que vayan complementados con un abriguito, torera, bolera, estola o similar.

Y, la manga larga, es obvio, viene aconsejada por la bajada de las temperaturas y aporta elegancia y delicadeza si se escoge el tejido adecuado para ellas.

La manga larga en vestidos de novia está indicada en cualquier estilo de vestido y, por supuesto, tanto en boda de iglesia como en boda civil; el que sea una manga transparente, elegantísima, o más tupida, es otra opción así como el que lleve encajes, tull, bordados, crep o pedrerías.

Manga larga: elegante y sutil.

El encaje es delicado, sutil y se presta para vestidos de estilo princesa o estilo romántico o cualquier otro estilo pues el encaje siempre es muy lucido, como lo es el tul, especialmente si se le aplican bordados o bordados con cristal, pedrerías o brillos en cintura y puños.

La opción de llevar manga larga, vestir los brazos, da más posibilidades para un vestido de novia elegante y exclusivo. Una estilista de novias  se esmerará con un diseño adecuado que le permite muchas posibilidades a la hora de aplicar manga larga a un vestido de estilo.

El vestido de novia, aunque sea en invierno, también puede ir con manga corta, escote, hombros descubiertos, como a la novia le gusta, aunque, en este último caso sí que casi es obligado el uso de un abriguito de encaje u otro género, una torera, o una estola de piel envolvente en el color que la novia elija.

Soluciones elegantes, especialmente en vestidos de novia a medida en los cuales, la modista de novias puede dar rienda suelta a su creatividad y, recogiendo el gusto de la novia, diseñar un vestido de novia de estilo.

La elegancia en novias es un principio que toda tienda de novias que se precie o taller de costura procura. Elegancia, diseño, estilo, exclusividad y economía.

Si para definir la elegancia en novias hubiera que buscar calificativos, la definiríamos con sencillez, diseño, estilo, gusto, personalidad, exclusividad….

Y es que el principio de elegancia en novias va más allá de un diseño de un vestido de novia, de un buen acabado, de un vestido de novia exclusivo; y va más allá porque para que la elegancia se eleve a su grado más sublime, la novia ha de sentirse plenamente identificada con el vestido de novia, en su estilo, diseño y gusto fundamentalmente.

La elegancia de la sencillez y la exclusividad

Un vestido de novia sencillo, tejido con poca pedrería, diseño cuidado pero no cargado, una modista de novias lo puede hacer sumamente elegante, sencillo, discreto y lograr que haya una simbiosis entre novia y vestido como si de un guante a una mano se tratara.

Un taller de costura no necesita apoyarse en un gran nombre, una gran firma, una gran etiqueta para lograr que la sencillez sea elegante, que el estilo sea el adecuado, que aquello que la novia quiere realzar, se realce y lo que quiera disimular se disimule.

Todo es posible en un vestido de novia: realzar el pecho, disimular la cadera, disimular esos kilos de más, estilizar la figura, que sea un vestido versátil, transformable….todo. Y es que, además, con un vestido sencillo, podemos lograr elegancia en novias, que la novia se sienta segura, cómoda, luciendo su vestido, un vestido con el que se identifica y no pensando que lleva una firma de renombre que solo le va dar el consuelo de llevar un vestido de firma, que seguramente será un gran vestido pero que no es su vestido de novia, el vestido de sus sueños, el vestido con el cual se siente cómoda y se identifica.

Si a todo eso añadimos la economía, habremos logrado el vestido ideal: sencillo, elegante, exclusivo, de estilo, de diseño y económico.